Una nueva adaptación para cine de la novela El Gran Gatsby, protagonizada por Leonardo DiCaprio, se empieza a filmar en Australia. Cuando Estados Unidos enfrenta la posibilidad de su propia decadencia, ¿es esta historia de ambición frustrada la perfecta para este momento?
Ochenta y seis años después de haber sido publicada, El Gran Gatsby está pasando por una reposición.
Las estrellas de Hollywood Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan representarán a Jay Gatsby y Daisy Buchanan en una nueva adaptación dirigida por Baz Luhmann, en una película que se empieza a filmar en agosto y se estrenará en 2012.
Pero la locura por Gatsby empezó ya hace meses. Una novela derivada de la original, que rastrea el destino de la hija de Daise, Pamela, acaba de llegar a las librerías. En Nueva York, al final del año pasado, la obra Gatz, que duraba seis horas, fue un éxito.
Y en Wisconsin hubo una sesión de apreciación musical proveída por la Orquesta Sinfónica de Madison que interpretó la Suite Gatsby.
Cuando los primeros intentos para salir de la depresión en EE.UU. se encuentran algo interrumpidos -con un desempleo del 9%, el nivel más bajo de propiedad de vivienda en décadas, la reducción de la calificación crediticia y el creciente reto chino a la supremacía estadounidense- esta historia de ambición frustrada, amor perdido y muerte parece resonar en la gente.
La edad de oro
Resplandeciendo con prosa lírica, la novela clásica de F. Scott Fitzgerald relata la historia de la clase alta de la década de los '20 en Long Island, la edad de oro del exceso antes de la Depresión.
Las distintas caras de Gatsby
- Cine: Alan Ladd (1949), Robert Redford (1974) y Toby Stephens (2000, arriba, con Mira Sorvino) entre los que lo interpretaron
- Teatro: Obra de teatro experimental Gatz, Nueva York (2010)
- Opera: El Gran Gatsby, Nueva York (1999)
- Novela: La hija de Daisy Buchanan (2011)
- Juego: El Gran Gatsby (2010)
El narrador, Nick Carraway, cae en el torbellino social de fiestas, cócteles en las tardes y autos veloces. Y en medio de eso, su vecino, el misterioso Gatsby, cuyos esfuerzos para reconquistar el corazón de un viejo amor, Daisy, termina en tragedia.
En una entrevista, Luhmann dijo que quería poner un espejo enfrente de su audiencia. Sin embargo, preferiría que fueran de otra época para que así estuvieran más dispuestos a aceptarlo.
Entonces, ¿cuál es el mensaje que los lectores y aficionados al cine modernos deben digerir?
"Sí le habla al EE.UU. contemporáneo, particularmente acerca del llamado 'sueño americano', ese estereotipo de que cualquiera puede ser exitoso si se esfuerza", opina David Dowling, autor de la guía para estudiantes "El Gran Gatsby en el salón de clase".
"Eso no es siempre cierto y a pesar de que la intenciones de Gatsby son honestas, la manera en la que intenta alcanzar su sueño lo arruina".
"Tratar de comprar ese amor muestra el raciocinio fallido de Gatsby y la superficialidad de Daisy".
A la luz de la crisis
Personajes principales
- Nick Carraway: Narrador, vecino de Gatsby en West Egg, vendedor de bonos
- Jay Gatsby: Misterioso millonario obsesionado con la chica de la que se enamoró durante la I Guerra Mundial
- Daisy Buchanan: Prima de Nick, amor de Gatsby
- Tom Buchanan: Esposo infiel de Daisy
- Jordan Baker: Golfista profesional, amigo de Daisy
- Myrtle Wilson: Desafortunada amante de Tom
- George Wilson: Esposo de Myrtle, mecánico
Es interesante releer la novela después de la caída financiera de los años recientes, opina Dowling.
La mansión de Gatsby es la sede de fiestas descontroladas que duran toda la noche y atraen hedonistas que se emborrachan con el dinero del anfitrión. Sin embargo, al final de la historia, la casa -como tantas propiedades embargadas en EE.UU. hoy en día- termina vacía y olvidada.
Tras el auge viene el colapso, dice Dowling, y el libro pregunta cuán importante es el rol que queremos que el dinero juegue en nuestras vidas, y qué es lo que consideramos importante.
"La novela hace esa pregunta básica. Ojalá que leerla hoy pudiera ayudar a reformar el 'sueño americano' de este siglo".
Es revelador que Nick termine el relato decidiendo que regresa al medio oeste estadounidense, retornando a sus raíces, a una vida más sencilla, señala Dowling. Le da la espalda a los mercados financieros y vuelve a su familia, a los valores tradicionales del pasado.
El encanto del sueño
Pero Fitzgerarld resalta el encanto del sueño de Gatsby tanto como sus fallas, opina Lee Mitchell, profesor de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey. A pesar de sus faltas, dice, la novela celebra su impulsividad.
"Lo que es maravilloso de la novela, de la ficción de Nick, es su habilidad de observar no sólo las limitaciones del sueño de Gatsby sino también sus posibilidades".
"Y así seguimos adelante, botes contra la corriente, empujados incesantemente hacia el pasado"
"Es el sueño de volver a empezar y de hacerlo mejor la segunda vez. ¿Quién no querría eso?".
La novela no es realmente sobre el fin del 'sueño americano' sino sobre la ampliación de éste, opina Keith Gandal, profesor de la City University de Nueva York.
En la I Guerra Mundial, EE.UU. le permitió a "estadounidenses étnicos", como Gatsby que tenía padres alemanes, llegar a ser oficiales del ejército. Eso le permitió escalar en la sociedad, aunque nunca fue aceptado.
Aunque esa igualdad no se extendía a los afroamericanos estadounidenses, se consideró un accidente en la historia cuando la guerra permitió que algunos que no fueran de la élite
wasp (blanco, anglosajón y protestante) entraran al ejército, dice Gandal, antes del contragolpe de las clases altas.
"El hecho de que Gatsby no pueda ingresar al círculo de la más alta clase social no es cuestión de dinero, sino de que la élite de los '20 estaba rechazando abiertamente a los 'estadounidenses étnicos'".
No sólo no permiten la entrada a quienes son distintos como Gatsby, sino que lo destruyen y no son castigados por hacerlo... y ese es un tema muy moderno, señala Gandal.
"Tom y Daisy sencillamente se van y eso conmueve más que cualquier otra cosa".
"Existe la sensación (hoy en día) de que los millonarios de Wall Street son los que causaron el problema que estamos experimentando. Estoy seguro de que mucha gente de la clase media se siente identificada".
Mientras tanto, el debate sobre lo que realmente significa la novela continuará.
Pero hay momentos en los que la sociedad regresa a ese cálido verano de la era del jazz neoyorquino, buscando la forma de entender el presente.
Tal y como lo describe la famosa última frase del libro de Fitzgerald: "Y así seguimos adelante, botes contra la corriente, empujados incesantemente hacia el pasado".
